Esta lesión del plexo braquial se diagnostica en el postparto y se vincula al nacimiento. Su incidencia es de 0.5 a 3 cada 1.000 recién nacidos vivos y en Uruguay no se cuenta aún con estadísticas sobre la presentación de esta patología.
Somos, en parte, reflejo del estado de nuestra microbiota intestinal y el equilibrio de ella depende en gran medida de nuestra alimentación. Saber que existen factores dietarios que modulan la microbiota intestinal ayuda a comprender el impacto de los alimentos en el sistema inmunológico y la salud.
Considerada una lesión benigna, reactiva, de lento crecimiento, el conocimiento de sus características clínicas e imagenológicas permite confirmar su diagnóstico, descartar diagnósticos diferenciales y efectuar un tratamiento adecuado. La importancia de su correcto diagnóstico implica no realizar estudios y procedimientos innecesarios en el paciente.
Un método seguro, que no requiere anestesia, se puede realizar en forma ambulatoria mientras el paciente continúa sus actividades cotidianas y presenta un alto porcentaje de visualización completa del colon.
Ya no se requerirá que los medicamentos se prueben en animales antes de pasar a fases de ensayo en humanos de acuerdo con los cambios legislativos que anunció la FDA. ¿Qué implicancias tendrán estos cambios?
El médico Álvaro Villar se graduó en 1994 en la Facultad de Medicina de la Universidad de la República y luego se formó durante seis años en Neurocirugía. En el 2000 se integró al equipo que creó el Centro de Neurocirugía de Tacuarembó. Allí trabajó hasta 2012, año en el que asumió la dirección del Hospital Maciel. En diciembre de 2020 fue electo por la Asamblea del Claustro de la Facultad de Medicina como director del Hospital de Clínicas.
Sobre la situación actual, los planes, proyectos y perspectivas del Hospital de Clínicas Villar conversó con la revista Opción Médica.
La hemorragia intraventricular es una enfermedad hemorrágica intracerebral grave que se presenta frecuentemente de manera secundaria a la hemorragia intracerebral espontanea, pudiendo alcanzar una mortalidad de 72%. Han pasado 140 años desde que E. Sanders describiera por primera vez la lesión y en la actualidad continúa representado un desafío para los neurocirujanos