La amoladora es una herramienta de mano poderosa con múltiples usos tanto en el ambiente laboral como doméstico. Presenta un disco de alta velocidad con la capacidad de cortar metal, concreto y otras superficies.
Con el aumento de la disponibilidad de estas máquinas y su precio accesible, el número de lesiones que producen ha aumentado, convirtiéndose en una consulta frecuente en puertas de emergencia de nuestro país.
Estas lesiones en general se producen en pacientes en edad laboral activa y su gravedad requiere cirugía reconstructiva y largos períodos de recuperación con un pronóstico funcional malo. El uso inapropiado de esta herramienta es uno de los principales contribuyentes de estos accidentes, sobre todo al cortar madera.
El tratamiento de estas heridas representa un costo económico considerable en los centros de salud, con períodos de inactividad laboral en los pacientes que sufren estos accidentes.
Con el objetivo de conocer la epidemiología de estas heridas en nuestro país, fue llevado a cabo un estudio descriptivo, observacional, en el año 2021 en las puertas de emergencia del Hospital de Clínicas y Hospital Pasteur (1).
Durante un período de seis meses consultaron 76 pacientes por heridas con amoladora. El sexo más frecuentemente afectado fue el masculino en un 97%, con un rango etario entre 39 a 58 años en el 54%. La ocupación más encontrada fue changas con un 30%, seguido de construcción con el 26%.
El nivel de instrucción promedio fue bajo, el 50% de los pacientes presentaba secundaria incompleta y un 32% primaria completa. El 74% de los accidentes se produjeron de lunes a viernes, entre las 13 y 19hs en un 40%.
La mayoría (92%) negaba el consumo de sustancias tóxicas previo al accidente, un 7% refería consumo de marihuana y un 1% de pasta base de cocaína.
En el 71% de los casos se encontraban realizando tareas del hogar y un 29% trabajando. El 61% no se encontraba utilizando la tranca de seguridad de la máquina al momento del accidente.
La gran mayoría de las lesiones se produjeron cortando madera (75%), seguido de metal (20%) y cemento (2,5%) El tipo de disco más utilizado fue el dentado para madera en el 78% de los casos.
En cuanto a la región anatómica lesionada, los miembros superiores predominaron con un 91%, siendo más frecuentes las lesiones en la mano (75%), seguida del antebrazo con 16%. La extremidad no dominante fue la más lesionada.
En cuanto al tipo de lesión producida (Figura 1), en el 16% se produjeron heridas en piel que se resolvieron en forma ambulatoria por medio de sutura, por lo que se definieron como leves. En el 84% restante se produjeron lesiones de estructuras anatómicas (tendones extensores, flexores, nervios y fracturas) que requirieron la realización de procedimientos complejos por parte del cirujano reparador, por lo que las definimos como lesiones graves.
La lesión más frecuente fue la del aparato extensor aislada (34%), seguida por lesión del aparato extensor asociado a fractura (21%) Con menor frecuencia se produjeron amputaciones digitales (8%), lesión de nervios digitales (6,5%), lesión de nervios terminales del plexo braquial (6,5%), lesión del aparato flexor (4%) y fracturas aisladas (4%).
Teniendo en cuenta el tipo de lesiones producidas, destacamos la importancia de una adecuada semiología de las heridas por parte de los médicos de emergencia que reciben a los pacientes, explorando la posible lesión de elementos nobles y solicitar siempre radiografías, dada la frecuente asociación de fracturas en estas lesiones.
Debemos tener en cuenta además que la región anatómica más afectada son las manos, en trabajadores manuales, con lesiones graves que dejan secuelas que hacen que la reinserción laboral sea tardía y muchas veces imposible; con los costos que esto conlleva. En nuestra serie además la mayoría de los pacientes eran informales, lo que hace que no cuenten con un soporte económico durante la recuperación.
En esta investigación no se pudo establecer la existencia de una relación entre las circunstancias del uso de la herramienta y la gravedad de las lesiones, sin embargo, en aquellos pacientes que se encontraban realizando tareas en su casa fueron más susceptibles a accidentes que los que se encontraban trabajando. Podríamos inferir esto se debe a que en el hogar no se utilizan las medidas de seguridad necesarias y que el nivel de expertise es menor.
Los resultados de nuestro trabajo no mostraron la existencia de asociación estadísticamente significativa entre la gravedad de la lesión y el tipo de material con el que se trabajaba, así como el tipo de disco utilizado, por lo que podríamos inferir que es la potencia de la herramienta lo que la hace tan peligrosa.
Sin embargo, la mayoría de los pacientes se accidentó cortando madera con disco dentado para madera de sierra circular, esto no es casualidad ya que esta herramienta no fue diseñada para ese uso.
El disco dentado para madera posee un diámetro mayor, lo que hace necesario el retiro de la guarda del disco para su uso, de todas maneras el uso del guardadisco tampoco mostró una diferencia estadísticamente significativa en la gravedad de las lesiones. Esto es debido a que las amoladoras son más livianas y presentan una rotación más rápida que las sierras circulares, lo que hace que aún con el uso de la guarda de disco no sea suficiente para prevenir el retroceso de la herramienta con la producción de accidentes.
Además, la amoladora tiende a trancarse en los nudos de la madera, lo que aumenta la incidencia de retroceso. Recientemente se encuentran a la venta discos especiales para madera adaptables a la amoladora con un diámetro menor, lo que hace que puedan ser utilizados con la guarda de seguridad y, según sus especificaciones no se trancan al cortar.
En nuestra serie de casos no detectamos accidentes con este tipo de discos y su reciente ingreso al mercado y poca disponibilidad hace que no podamos sacar conclusiones al respecto.
Los estudios disponibles en la literatura internacional (2-5), no solo demuestran que esta problemática se da a nivel mundial, sino que el número de lesiones producidas es menor en comparación a nuestro trabajo, lo que debe resultar en una alarma para nuestro país debiendo enfocar medidas de prevención para evitar que se sigan produciendo este tipo
de accidentes.
Es importante para los médicos asistenciales y las instituciones de salud entender la epidemiología e incidencia de estos accidentes, dado que tiene un gran impacto clínico, social y económico tanto para el paciente como la sociedad toda, generando un cese laboral en los lesionados y gastos en salud.
Bibliografía:
1. Camacho. E, Gutiérrez. D. Giachero. V, Jacobo. O. “ Estudio de
las heridas por amoladora tratadas en el Hospital de Clínicas y Hospital Pasteur, Montevideo, Uruguay” Publicado en Rev Méd Urug
2022;38(3): e38304 doi:10.29293/RMU38.3.3.
2. Sozbilen M, Dastan A, Gunay H, Kucuk L. A prospec- tive study
of angle grinder injuries in the hands and fore- arms during a oneyear period. Hand Surg Rehabil 2018; 37(5):300-4. doi: 10.1016/j.
hansur.2018.07.002.
3. Judge C, Eley R, Miyakawa-Liu M, Brown N, McCosker L, Livesay G, et al. Characteristics of accidental injuries from power tools
treated at two emergency departments in Queensland. Emerg Med
Australas 2019; 31(3):436-43. doi: 10.1111/1742-6723.13201.
4. Kim Y, Choi J, Chung Y, Kim S, Kim J. Epidemiologic study of hand
and upper extremity injuries by power tools. Arch Plast Surg 2019;
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5. Loisel F, Bonin S, Jeunet L, Pauchot J, Tropet Y, Obert L. Woodworking injuries: a comparative study of work-related and hobby-related accidents. Chir Main 2014; 33(5):325-9. doi: 10.1016/j.
main.2014.06.003